domingo, 9 de octubre de 2011

SIN PAZ NO HAY SEXO

Lisístrata , la obra más famosa del comediográfo griego Aristófanes, fue representada por primera vez en el 411 a.c. La protagonista cuyo nombre significa “la que disuelve los ejércitos” es la mujer de un soldado ateniense, que cansada de las continuas guerras entre Atenas, Esparta y otras Poleis griegas, reúne a las mujeres de ambos bandos y les propone iniciar una huelga de tipo sexual. La idea no gusta en principio, pero ella logra convencer a todas las mujeres de Grecia de que no tengan relaciones con sus esposos hasta que éstos firmen la paz. Al final de la obra, los hombres, faltos de sexo, deciden dejar de luchar, firman la paz y ponen fin a la huelga de piernas cruzadas de sus mujeres.

Esta comedia, ha sido consideradad en la actualidad como un símbolo del esfuerzo organizado y pacífico a favor de la paz. Por ello, se usó el nombre para el Lysistrata project (Proyecto Lisístrata), acto teatral que se efectuó el lunes 3 de marzo de 2003 de manera simultánea en más de 42 países en favor de la paz. Ese día miles de personas participaron en aproximadamente 700 lecturas dramatizadas de la obra, que se realizaron a beneficio de organizaciones sin fines de lucro, que trabajan por la paz y ofrecen ayuda humanitaria.

Un año antes, en 2002, tras 13 años de una sangrienta guerra civil que se había cobrado más de 150.000 vidas, la activista liberiana Leymah Gbowee soñó que encabezaba una reunión en una iglesia y que comenzaría a pelear por la paz en su país. Se despertó y lo hizo,reunió a un grupo de mujeres en un mercado y, acompañada por otra mujer, la musulmana Asatu Bah-Kenneth (Gbowee es cristiana) comenzó un movimiento que desembocó en la paz definitiva en Liberia y con la histórica elección de la primera presidenta africana, Ellen Johnson Sirleaf.

Al principio eran decenas, al final eran miles. Las mujeres se reunían en el mercado porque era el sitio donde las tropas del entonces presidente Charles Taylor reclutaba niños para llevarlos al frente en camiones que partían llenos y volvían vacíos. Así nació el Movimiento de Mujeres por la Paz en Liberia. Primero les dijeron que se fueran a su casa. No lo hicieron y, por el contrario, aumentaron las medidas. Marcharon en silencio, amenazaron con maldecir a los que contribuyeran a la guerra y se pusieron en huelga marital. Es decir: se negaron a mantener relaciones sexuales con sus maridos. “Alguien tenía que decir: ‘¡Basta!’, solo dijimos ‘no más sexo’. Estábamos hartas”, recuerda Gbowee en una entrevista .

Después de muchas presiones, consiguieron reunirse con Taylor, de quien obtuvieron la promesa de que iniciaría negociaciones de paz con los grupos rebeldes. No obstante, ante el evidente estancamiento de las conversaciones, el grupo de mujeres encerró con barricadas a los hombres que se habían reunido en Accra con motivo de las negociaciones y se negaron a dejarles salir si no alcanzaban un acuerdo de paz.

Esta semana Gbowee junto a la presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, y la yemení Tawakkul Karman han ganado el Premio Nobel de la Paz 2011.

En pleno siglo XXI Lisístrata , la que disuelve los ejércitos, sigue vigente como símbolo de paz. La concesión del Nobel de este año es un tributo al papel de la mujer como mediadora de conflictos y al indiscutible legado cultural de los clásicos como transmisores de unos valores que permanecen inalterables a lo largo de los siglos.