viernes, 29 de mayo de 2020

DESMONTANDO BULOS


Salvete, discipulae et discipuli!

Son muchas las batallas que hemos tenido que librar durante esta etapa. Nos hemos visto rodeados de enemigos diversos e inesperados: la enfermedad, el miedo, la incertidumbre, la soledad,  la pérdida de empleo y, en el peor de los casos, la muerte de un ser querido. A todas estas contrariedades se han añadido noticias desoladoras, muchas de ellas falsas. Bulos, que no han hecho otra cosa más que acrecentar nuestra angustia y desazón.
Es difícil enfrentarnos a los imprevistos y dificultades que nos ha provocado esta situación pero tenemos en nuestra mano combatir con facilidad las noticias falsas, mediante la información, el buen criterio y la búsqueda de fuentes certeras e imparciales.

No es nada novedoso encontrar a lo largo de la historia sucesos sobre los cuales tenemos una visión sesgada e incluso errónea, pues se nos han transmitido por fuentes interesadas o -por qué no- ignorantes de la verdad. Esto ocurre con mucha frecuencia en hechos históricos sobre los cuales no tenemos más registro que el relato de historiadores contemporáneos o posteriores, que no fueron testigos directos del suceso que relatan.
Así la historia de la antigua Roma está llena de tópicos e imágenes que se nos han trasmitido fundamentalmente a través de películas, que a su vez recogen testimonios de historiadores antiguos para reproducir hechos, escenarios o personajes sobre los cuales nadie ha podido corroborar su verdad.
Al cine debemos que hoy en día la reina de Egipto, Cleopatra, sea considerada como una mujer de excepcional belleza capaz de seducir a los hombres más poderosos de Roma. Todos podríamos reproducir una imagen de Cleopatra, incluso los niños pequeños, con su característico pelo negro.





Parece que nada más lejos de la realidad según un perfil de la reina que se ve en monedas acuñadas con su rostro.

La vida de la reina de Egipto está salpicada de enigmas que nos parecen certezas pues como tales se nos han transmitido. ¿Realmente amó a César y a Marco Antonio, o los utilizó para someter Roma a Egipto?, ¿Era la leche de burra con la que se bañaba la que proporcionaba a su piel su aterciopelada suavidad? ¿ Traicionó a Marco Antonio abandonándolo a su suerte en la batalla de Accio? ¿Se suicidó por amor? ¿Murió por la mordedura de una serpiente?

Seguramente contestaríamos sin dudar a cada una de estas respuestas repitiendo lo que sabemos de Cleopatra a través del cine y la literatura romántica, que ha recreado su relación con César y Marco Antonio.


Los historiadores Plutarco y Suetonio, relatando la vida de César, Antonio o Augusto, describen sus relaciones con la reina de Egipto y no siempre de forma imparcial. Por otro lado, las inscripciones, papiros y descubrimientos arqueológicos nos dan sólo datos, a menudo no muy importantes, para recrear los sucesos históricos.
Era hija de Ptolomeo XII Auletes. Nació en 69 a.C.. Después de la muerte de su padre, en51 a.C., se convirtió en reina a la edad de 18 años junto con su hermano Ptolomeo XII, que tenía sólo 10 años.
Plutarco, unos 200 años después de los hechos, cuenta sus relaciones con Julio César y Marco Antonio en Las vidas paralelas. Según cuenta Plutarco, Cleopatra conoció a César cuando ella tenía 18 años y estaba en peligro. Había sido expulsada de palacio, poco después de la muerte de su padre, por el poderoso eunuco Potino y se refugió en Siria. Llamada por César, que no confiaba en los eunucos de la corte, llegó en secreto a Alejandría en un bergantín y se envolvió dentro de una alfombra, con la ayuda de su amigo de confianza Apolodoro, para entrar en el palacio real sin ser vista.
El episodio e la alfombra aparece reflejado en la película Cleopatra de 1963 protagonizada por Elizabeth Taylor cuyo hermoso rostro contribuyó a perpetuar la supuesta belleza de la reina egipcia.




Mucho menos favorecido por la historia, el emperador Calígula ha sido recordado como un loco sanguinario y descerebrado que nombró cónsul a su caballo Incitatus y se creyó metamorfoseado en un dios del Olimpo.

Según Suetonio, Calígula quiso nombrar cónsul a Incitato. Este hecho ha sido tradicionalmente interpretado como fruto de la demencia del emperador, pero lo cierto es que la actitud servilista y pusilánime de los senadores del reinado de Calígula bien pudiera haber influido en dicho nombramiento, volviéndolo un hecho irónico que denotaría el sarcástico desprecio de Calígula hacia las instituciones públicas del Imperio.

A esto añade Dion Casio que Incitatus comía copos de avena mezclados con suaves y delgadísimas escamas de oro, tomaba el mejor vino en lujosas copas, devoraba ratones, calamares, mejillones y pollo; vestía púrpuras de la mejor calidad y usaba collares con piedras preciosas; su pareja habría sido una yegua de nombre Penélope, y había sido elegida por Calígula como esposa de su amado caballo. Incitatus incluso llegó a formar parte de la mesa en donde comía su dueño, Calígula.

Parece evidente que los historiadores citados exageraron la nota al rememorar las excentricidades del emperador, quizá por ello ha pasado a la historia como un loco demente y no se recuerda nada de su gestión al frente del imperio.

Así aparece retratado en un episodio de la serie Yo, Claudio basada en el libro del mismo título de Robert Graves.




Estos son dos ejemplos de los innumerables sucesos de la historia de Roma que han quedado distorsionados por las versiones poco objetivas de historiadores de la época que simpatizaban u odiaban a los gobernantes del momento y que contribuían a su gloria o condena. Versiones que han sido reproducidas por novelas y películas.

En el siguiente video aparecen una serie de bulos sobre la historia de Roma que nosotros asumimos como ciertos.




Vuestra tarea para esta semana será buscar información y desmontarlos respondiendo a las cuestiones que sobre cada uno de ellos os planteo en el trabajo que os pasará María.
No olvidéis que lo importante es estar bien informados y buscar fuentes fiables y contrastadas.
Suerte en vuestra misión.

Curate ut valete!












































viernes, 8 de mayo de 2020

CONFINADOS

Salvete discipulae et discipuli:


Durante todos estos días en los que hemos permanecido confinados, hemos visto ampliado nuestro vocabulario con unas cuantas palabras y expresiones que poco a poco se han colado en la mayoría de nuestras conversaciones.

 Así hoy son palabras cotidianas: coronavirus,
hidroalcóholico, asintómatico, neumonía bilateral, pico de la curva ( ¿tienen pico las curvas o precisamente son curvas por no tenerlo?), desescalada ( palabra inexistente en castellano, que los expertos han introducido copiándolo del inglés), nueva normalidad ( expresión paradójica, pues lo que es "normal" nunca es una novedad), cogobernanza y, por supuesto,  confinamiento.


La palabra confinamiento proviene del verbo confinare del latín medieval, que a su vez proviene del sustantivo latino finis-finis, que significa límite, frontera y el preverbio: cum, que significa con. Así pues, confinare significa encerrar dentro de unos límites o fronteras ( con límites).

El confinamiento se puede producir dentro de una casa o dentro de todo un territorio como le ocurrió al poeta Ovidio que fue confinado en un lugar remoto y alejado de Roma, llamado Tomis, al que lo desterró el emperador Augusto.No se sabe muy bien si por tener amores ilícitos con Julia ( hija de Augusto) o por ser el autor del Ars Amandi, un curioso manual dedicado a los jóvenes de Roma con que los aleccionaba en el arte de la seducción y el ligoteo.

Tan mal lo pasó allí el pobre Ovidio que dejó escritas en sus excelentes obras del destierro palabras como estás:

 “el tiempo de la inactividad será para mí la muerte; ni me agrada estar borracho hasta al amanecer a causa del excesivo vino, ni el seductor juego de los dados ocupa mis inseguras manos; y una vez que he dedicado al sueño las horas que el cuerpo pide, ¿cómo emplearé en vela el largo tiempo?”. 

En pleno arrebato de ganas de salir de Tomis, Ovidio se siente así:

 “como la nave podrida que es devorada por la invisible carcoma, como los acantilados socavados por el agua marina, como el hierro abandonado atacado por la mordaz herrumbre, y como el libro archivado devorado por la polilla."

 Seguro que si fuéramos tan hábiles escribiendo como Ovidio hubiéramos descrito así nuestro estado de ánimo cualquier tarde de estas.

Como veis, el latín está en todas partes; así que para que os entretengáis y no os entreguéis al vino ni os sintáis como naves podridas devoradas por la carcoma os invito a ver el siguiente video del programa Sacar la lengua  de tve2  dedicado al latín.

 

Una vez visto, debéis escoger diez palabras o expresiones latinas que se citan en el programa  y debéis explicar  su significado actual y su significado en latín. 

Elaborad  con cada una de las palabras  o expresiones tres oraciones en las que las palabras o expresiones escogidas estén utilizadas correctamente.

Esta actividad es obligatoria para 1º de bachillerato.

El plazo de entrega será el viernes 15 a las 14h.

La actividad es opcional para 2º de bachillerato.

Para  4º ESO será obligatoria la semana del 18 al 22 de mayo.

Curate ut valete!