domingo, 15 de septiembre de 2013

SE EQUIVOCARON DE MUERTO, CUCHIBIRI, CUCHIBIRI, CHIBIRI



Como todos los años la víspera de la vuelta a las aulas preparo algunas actividades iniciales para recibir a los nuevos alumnos que se estrenan en el aprendizaje del latín, a los alumnos de 4º de ESO.
Mi objetivo fundamental es captar su atención y convencerles de que el latín forma parte de sus vidas.Su lengua y sus costumbres mantienen viva la herencia de una lengua supuestamente muerta.
Pienso en el título que pondré a los ejercicios que he elaborado para demostrarles que hablan latín. Palabras claras y trasparentes: vitam, harmoniam, firmamento, pax, vox, lux, inundan una canción de moda subtitulada en latín que me sirve como pretexto para hacerles pensar un poco.
Viene a mi mente el título de un libro del profesor Wilfried Stroh, El latín ha muerto ¡viva el latín! pero rápidamente lo desdeño pues no deja de rondarme la cabeza el estribillo de una famosa canción que popularizó Peret allá por los años sesenta y que decía así: no estaba muerto, que estaba de parranda, leré, lerele…
Me parece acertado poner el nombre de esta canción a este primer trabajo del curso. Sin pensarlo más y bien centrado y en negrita tecleo sobre el folio: el muerto vivo.
Cierto es que los romanos  siempre han tenido fama de parranderos. Repantigados en sus triclinia  y poniéndose morados de apetitosas uvas y tintorro del bueno.
 No digamos ya los griegos, adoradores del salvaje y libidonoso Dionisos, a los que se tiene por unos depravados y cuya lengua clásica ha sufrido el vilipendio y la ofensa más que su compañera de juergas: la lengua latina.
Quizá por ello  los políticos, los ciudadanos, los padres, las madres, los profesionales de cualquier ámbito -incluidos muchos dedicados a la enseñanzahan dado por hecho que las lenguas clásicas - al igual que el protagonista de la canción-  se lo han fundido todo en su última borrachera y  se les ha parado el pulso ahítas de vino. Así pues les han hecho un gran velorio, les han rezado una novena, les han perdonado sus deudas y las han enterrado con pena.
Con lo que no contaban todos ellos es que, afortunadamente y como le pasó al bueno de Blanco Herrera- protagonista de la canción-   no estaban muertas que estaban de parranda, leré, lerele y han  resurgido llenas de vida y contento diciéndole a todo el mundo se equivocaron de muerto, cuchibiri, cuchibiri, chibiri
De este modo, estas lenguas parranderas que no muertas gozan de buena salud en el IES Pere d’Esplugues  y ello se refleja en  los alumnos que cada curso muestran interés en aprenderlas.
Que mejor forma, pues,  de darles la bienvenida a todos ellos que bailando una rumbita con Serrat y Sabina y cantando  todos juntos que esta vez, también, se equivocaron de muerto cuchibiri, cuchibiri, chibiri.